Me gusta hablar con gente sencilla que no malinterpreta y no busca segundas intenciones en mis palabras, gente que no saca pecho en cada conversación, que no habla continuamente de sus méritos, que no se cree superior a mí y me respeta sin apenas conocerme de nada.
Me gusta hablar con gente sin miedo a sonreir, que te da la mano sin condiciones, que no te ofrece la derecha mientras en la izquierda oculta un puñal, que no se dedica a criticarme sino a disfrutar de mi compañía, que sabe saborear los buenos momentos de la vida.
No me gustan las personas sabelotodo que se creen algo por su raza, cultura o posición social, que analizan cada palabra y cada gesto que hago para quitarles valor.
Me gusta la gente simple y llana sin egos mal alimentados y caretas prefabricadas cuya sonrisa nunca es real sino fingida...
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