Cuando el sol y la luna se conocieron sufrieron un flechazo y se enamoraron perdidamente el uno del otro.
Fueron felices hasta que se creo la tierra y al sol le encomendaron iluminarla durante el día y dar calor y a la luna iluminarla durante la noche. De esta manera iban a estar siempre separados porque cuando él estuviese brillando en todo su esplendor, ella permanecería oculta y viceversa.
Ante esta situación el sol se resignó y cumplía con su obligación cada día bañando a la tierra con su rayos, pero la luna quedó sumida en una profunda tristeza y aunque también cumplía con su deber se sentía muy sola...Ni siquiera la compañía de las estrellas le consolaba.
Al sol le dolía verla así y estaba tan preocupado que decidió pensar en algo para poder aliviar un poco la tristeza de su amada...
Y haciendo un acto de rebeldía se acercó cuidadosamente a ella y colocándose detrás para que no pudieran verle se fundió con ella en un cálido abrazo...
Desde entonces, de vez en cuando el sol repite este gesto y mientras tanto ambos esperan ansiosos que llegue el momento...
Todas la relaciones a distancia tienen momentos en los que todo se hace muy cuesta arriba, pero los que somos protagonistas de una de ellas debemos tener siempre la esperanza de que en cualquier momento llegará nuestro eclipse...
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